Extractos del libro «Ser Mujer, un viaje heroico»

libro ser mujer

«La vieja historia ha terminado, y el mito de la aventura heroica ha dado otro giro en la espiral de la evolución. La búsqueda del «otro», de un título, del logro, del reconocimiento, de la aclamación y las riquezas ya no es relevante.

Esa búsqueda equivocada ha costado muy cara al cuerpo y alma de la mujer, y a la estructura celular de la Madre Tierra. Las heroínas de este tiempo debemos usar la espada del discernimiento para cortar las ataduras del ego que nos atan al pasado, y descubrir lo que sirve a la meta de nuestra alma.

Esta es en verdad la tarea de la heroína de nuestros días. Sana con cada aliento, cuando reconoce su verdadera naturaleza y nos alienta hacia el conocimiento. La heroína se convierte en la dama de los dos mundos; puede navegar las aguas de la vida cotidiana y escuchar las enseñanzas de lo profundo. Es la amante del Cielo, de la Tierra y del Hades. Ha adquirido sabiduría de su experiencia: ya no necesita culpar al otro, porque ella es el otro. Trae esa sabiduría consigo para dársela al mundo. Y las mujeres, los hombres y los niños del mundo quedan transformados por su odisea»

“El descubrimiento del “Ser” en vez del “Hacer” es la sagrada tarea de lo femenino. Ser exige aceptarse, quedarse con un@ mism@ y no hacer para autojustificarse. Es una disciplina que no recibe aplauso del mundo exterior; cuestiona la producción den sí misma. Política y económicamente tiene poco valor, pero su sencillo mensaje encierra sabiduría: si puedo aceptarme como soy, si estoy en armonía con lo que me rodea, no necesito producir, promocionar o contaminar para ser feliz”

“Las mujeres entienden el significado de ser “Cuenco”, de lo que significa permitir que suceda la transformación en su vientre. Si reciben el apoyo y el respeto que necesitan, las mujeres dan a luz sabiduría”

“Cuando una mujer vuelve de su descenso, recupera su cuerpo, y en este acto de reclamar, recupera no sólo su propia forma física personal, sino que encarna lo sagrado de la parte femenina en todos nosotros. Empieza a hacer conscientes sus necesidades, realizando una forma consciente su alimentación, ejercicio, baños, descanso, salud, amor, dar a luz y morir. Nos recuerda la santidad de lo femenino”

“La mayoría de las mujeres han perdido esa sensación de poder conectado con su cuerpo y con su sexualidad. Por el contrario se la ha rebajado llamándola tentadora, malvada, seductora y devoradora. El poder originar de la energía sexual pura y procreadora de la Diosa se ha visto, y se ve, como una amenaza enorme a la autoridad masculina”

“Durante siglos se les ha dicho a las mujeres que no fueran histéricas. Si tenían sentimientos intensos hacia algo, no se les alababa su entrega y su pasión, sino que se les decía que no estaban siendo razonables. Si se quedaban enfadadas, se les decía que estaban fuera de control”

“Nos divorciamos de nuestros cuerpos y sentimientos porque no queremos sentir la pena que produce la falta de amor. No queremos oír la furia de su llanto, la exigencia inexpresada de la niña pequeña que llevamos dentro que dice: ¿Cómo me has podido abandonar?”

Maureen Murdock

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